Capítulo 6

Strybjorn corrió sigilosamente junto a los demás guerreros en el sprint más agotador de su vida hasta quedar ocultos a la sombra de la empalizada que rodeaba a la puerta este. Sus músculos se resintieron por el esfuerzo y respiraba entrecortadamente, más por los nervios de la inminente batalla que por el ejercicio realizado.
Los recodos de sus articulaciones empezaron a sudar, empapando la ligera camisa que llevaba debajo de su armadura de cuero. Se sentía ligeramente inestable agachado en cuclillas, incómodo por la prolongada y forzada postura. Semanas de marcha lo habían acostumbrado a un caminar sin descanso, leve pero constantemente, se habían ido fortaleciendo sus piernas.
Se puso algo más cómodo y echó una mirada alrededor, observando a sus hermanos guerreros y cómo muchos, al igual que él, estaban dispuestos a conquistar la gloria en ésta su primera batalla, tratando de hacerse un nombre y de atraer la atención del Jarl y quizá de los dioses… Les dirigió una plegaria rogándoles que le permitieran luchar bien, y que, si moría lo hiciera a causa de sus heridas y sobre los cuerpos de sus enemigos derrotados.
A lo largo de la entrada habían empezado a formarse varias filas de guerreros Craneotorvo, armas en ristre. Cuando estuvieron organizados en grupos de combate, empezaron ha acercarse en silencio hasta la puerta que conducía a la aldea de los Grimfang.

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